Es una realidad que no todas las personas nos cuidamos la piel de la misma manera.
Quizás aún te encuentres en una etapa en la que a veces te vas a dormir sin desmaquillarte, o tal vez ya hayas empezado a incluir algún producto de cuidado facial en tu rutina, como una crema de día o de noche. Pero, lo que casi todxs compartimos, es un momento en que nos damos cuenta de que con pequeños gestos podemos mejorar notablemente el aspecto de nuestra piel. Si estás en esa fase, estás en el lugar correcto. Sigue leyendo.
Aunque el paso del tiempo envejece la piel de manera natural, existen otros factores que también la afectan y sobre los que sí podemos actuar: la contaminación, la suciedad, la exposición solar...
Aquí te compartimos tres errores (y sus soluciones) que pueden estar acelerando el envejecimiento de tu piel sin que te des cuenta.
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No limpiar la piel correctamente. La higiene facial tiene el propósito principal de eliminar la suciedad acumulada, ya sea generada por la propia piel o por factores externos. Esta suciedad suele tener una base grasa, lo cual facilita la adherencia de otros contaminantes como el humo o la polución, sin olvidar los residuos de maquillaje. Aquí va una advertencia importante: ni el agua ni las toallitas desmaquillantes son suficientes. Si no nos crees, observa la limpieza que una toallita ofrece a tus poros.La solución: una doble limpieza al menos una vez al día, idealmente por la noche. Primero, aplica un limpiador oleoso sobre la piel seca para eliminar el maquillaje, el sebo, el sudor y la polución. Luego, después de retirarlo y secar el rostro, aplica un limpiador de base acuosa para deshacerte de cualquier residuo y dejar la piel lista para recibir el resto de tu rutina.
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No exfoliar nunca la piel. La exfoliación depende del tipo de piel y no conviene generalizar. Aunque entraremos en detalle en próximos artículos, queremos darte una recomendación fácil: incorpora un tónico que mejore la hidratación, renueve las células, calme la piel y unifique el tono y la textura. Nuestro tónico MIZU, por ejemplo, cumple con todas estas funciones, ya que favorece la síntesis de colágeno tipo I, realiza una microexfoliación natural y contiene ácido hialurónico y AHAs. Su textura ultraligera se absorbe al instante. En serio, no hay nada más sencillo.
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No usar antioxidantes. Con un esfuerzo mínimo, puedes notar cambios significativos. Los antioxidantes protegen las células frente a los radicales libres, lo cual ayuda a prevenir el envejecimiento prematuro. Nuestro KI es el primer paso de la rutina, pero además, esta cargado de antioxidante gracias a su composición. Ahora, simplemente, queremos que lo pruebes e incorpores en tu rutina para disfrutar de sus beneficios: luminosidad, hidratación y una textura mejorada. No se puede pedir más con tan poco. https://www.koenjapan.com/products/ki-balsamo-limpiador